Melodía blanca y cadenciosa
La que llegó a mí aquel día
Provenía de una vía
Que corría silenciosa.
Yo miraba a todos lados intrigado
Buscando la voz que me llamaba
Era una hermosa muchacha
De cabellos largos y ondulados.
No sabría explicar, lo que sentí en ese momento
Era absurdo, casi incierto
Pero sentí que la conocía
Como si invisibles hilos rojos
me guiaran ese día.
Sí, noté su triste mirada,
De almendra y miel eran sus ojos
Cuando tome su mano delicada
nos miramos, el uno al otro.
Hablamos mucho, de mil cosas
Me pidió que le dedicara un poema
Yo, que escribo llano desde mi alma
mi pluma cantó ese día para ella.